Hace miles de años, el hombre primitivo se alimentaba básicamente de lo que le proporcionaba la naturaleza; entre esos alimentos podemos mencionar a la miel, que era recolectaba de colmenas naturales.
En una cueva de España, existen pinturas rupestres donde aparece representando un hombre trepando hacía un agujero en una roca, para recolectar miel de una colmena.
En Africa, algunas tríbus primitivas desde hace cientos de años crían abejas en troncos ahuecados y suspendidos de las ramas de los árboles. En Persia, se criaban abejas en cámaras excavadas y salieran las abejas.
Los egipcios, empleaban vasijas de arcilla de forma cónica para criar y exportar a las abejas.
Los griegos y romas construyeron colmenas de mimbre que cubrían con barro y estiércol de animal; otros pueblos sustituyeron el mimbre por paja.
Dos hechos importantes que tal vez se descubrieron desde hace cientos de años, fue que las abejas temen al humo, volviéndose inofensivas bajo su influencia y que si se les proporciona un alojamiento adecuado, se establecen en él para realizar su trabajo.
Al paso de los años, el hombre ha estudiado la forma de vida y alimentación de las abejas, para criarlas y aprovechar al máximo de productos.
La apicultura es el conjunto de técnicas que el hombre ha desarrollado para criar de manera adecuada a las abejas y obtener mayores beneficios de los productos que ellas elaboran, como son la miel, la jalea real y la cera.
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(Guía de estudio, educación tecnológica apicutura.Impreso y hecho en México.Primera impresión 1987. Pg2)
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